La bodega El Grifo se funda en 1775 y es la más antigua de Canarias, además de ser una de las diez más antiguas de España. Aparte de la bodega antigua, que hoy es el Museo del Vino, dentro del complejo nos encontramos con una sala de exposiciones, la casa de sus propietarios y la bodega nueva anexa.
Los viñedos están situados en una finca de 40 hectáreas dentro del paisaje protegido de La Geria, el valle vitivinícola de Lanzarote que surgió en la erupción de 1730-1736. La lava y las arenas volcánicas que cubrieron el valle conformaron una viticultura única en el mundo que ofrecen unos caldos diferentes. Antes de la erupción, Lanzarote junto con Fuerteventura eran las dos únicas islas donde no se plantaba viña. Fue después de 1770 cuando se comienza a plantar en Lanzarote creándose poco a poco el paisaje de La Geria.
A día de hoy sigue perteneciendo a la quinta generación de la familia fundadora y tiene como peculiaridad el enclave en donde se encuentra (una de las zonas de La Geria de más belleza) y su museo. Este está en la zona antigua donde se comenzó a hacer el vino y que gracias al gran César Manrique sus propietarios aceptaron la idea de que se convirtiera en museo. Y vista la afluencia de público nacional e internacional (sobre todo alemanes e ingleses) que cada día lo visitan no se equivocó, ya que es un lugar donde se pueden ver útiles vitivinícolas de los siglos XIX y XX, una reproducción de un taller de tonelería, utensilios de labranza, diferentes barricas,…
La bodega debe su nombre al poblado que existía en aquellas tierras antes de la erupción, tierras que ahora abarcan unas 70 hectáreas cultivadas de malvasía, listán negro, syrah y moscatel. Por otra parte, la bodega también compra uva a otros viticultores de la zona para lograr obtener unas 400.000-600.000 botellas al año, producto de la lucha para que el fruto sobreviva en condiciones casi desérticas gracias a la humedad que recoge y resguarda el picón y a los muros de piedra que los agricultores construyen para proteger la cepa del viento.
César Manrique está presente no sólo en la esencia de la bodega, sino que además diseñó el logo de la misma (aludiendo a la mitología griega con una figura con cuerpo de león y alas de águila, el grifo) y el vino Malvasía Colección Semidulce lleva una de sus obras por ser su preferido.
Unas 60.000 personas visitan cada año Bodegas El Grifo, siendo, sin duda, una de las más visitadas de Canarias e incluso de toda España. El Grifo ha sabido combinar la tradición con la modernidad diversificando sus espacios, que albergan, además de un magnífico museo que nos enseña cómo se hacía el vino en épocas pasadas, una sala para catar los vinos de la bodega, una sala de exposiciones y una biblioteca con más de 4.000 ejemplares.
Durante la cata tuve la oportunidad de probar:
- Malvasía Colección, blanco semidulce (el preferido de César Manrique).
- Tinto tradicional, 100% listán negro.
- Ariana, tinto con 5 meses en barrica. Syrah y listán negro.